domingo, 17 de agosto de 2008

Número 1


Está imparable, es manacorí y ha conseguido la séptima medalla de la delegación olímpica española en Pekín. Sí, se trata de Rafael Nadal, número uno del tenis mundial, que ha incluido una nueva gesta a su extenso palmerés. El mallorquín ha logrado una de las pocas cosas que le faltaban en su carrera como tenista profesional: una medalla de oro olímpica. Al contrario que otros grandes como Federer, el español se ha colgado el metal dorado en su primera participación en unos Juegos Olímpicos. Sencillamente impresionante. Además, el español culminará así un fantástico año en el que ha levantado dos 'Grand Slam' (Roland Garros y Wimbledon) y otros cinco trofeos más, a falta de la disputa del US Open y el Masters de Shanghai, entre otros.

Destacar también de estos Juegos la debacle del ya ex número uno del mundo Roger Federer, que volvió a decepcionar cayendo en cuartos de final ante el estadounidense James Blake en dos sets (6-4 y 7-6). El americano, a su vez, fue eliminado en las semifinales por el chileno Fernando González, que disputó la final contra Rafa Nadal.

Un Nadal que venció con apuros al italiano Potito Starace en el primer partido (6-2, 3-6 y 6-2), pero que reaccionó y ganó los tres encuentros siguientes para situarse en semifinales con un sólo set perdido. En ellas le esperaba el serbio Novak Djokovic, que venía de vencer un partido larguísimo ante Gael Monfils. El número 3 no defraudó, y obligó a Nadal a emplearse al máximo. Sin embargo, el español demostró su nueva condición de número uno y se llevó el partido en el tercer set más gracias a su empuje que a otra cosa. 'Nole' salió llorando de la pista china por su fallo en un agónico último punto que dio el triunfo a Rafa.

El balear, máximo favorito tras la caída de Federer, había superado la prueba más difícil, y el chileno Fernando González no pudo hacer nada en la gran final para evitar la victoria del nuevo rey del tenis mundial.

1 comentario:

gattamelata dijo...

Qué bien explicado en pocas palabras. Tan bueno el artículo como el partido. Que ya es decir. (Hay que cambiar el pasodoble: Nadal, eres el más grande ...)