El Zenit, sucesor del Sevilla.

El Zenit de San Petersburgo se proclamó el pasado miércoles 14 campeón de la segunda competición europea por excelencia, la UEFA, que supone el primer título internacional de los rusos. Un título conseguido con todo merecimiento, ya que eliminó a rivales de la talla del Villarreal, Bayern Leverkusen, Bayern de Münich... y se impuso en la final cómodamente ante un rival ramplón que no opuso ninguna resistencia.

Los de Advocaat saltaron al campo muy motivados y con un claro objetivo: hacerse con el control del esférico. Y eso fue justamente lo que hicieron. Mantuvieron el balón con calma, sin precipitarse, y ponían una marcha más cuando se acercaban al área rival. En los primeros minutos su dominio era abrumador, y el Rangers sólo podía coger la pelota y despejarla ante la asfixiante presión de los rusos, que trenzaban peligrosísimas jugadas de ataque normalmente encabezadas por Arshavin que acababan en nada. Mientras tanto, los escoceses continuaban encerrados atrás esperando algún contraataque que pudiera doblegar la defensa rusa.

Así, con los rusos dominando más que nunca, finalizó la primera mitad.

En la segunda, a pesar de que el Rangers parecía más ofensivo y directo en los primeros minutos, continuó el monólogo del Zenit, que vio su recompensa con el gol de Denisov en el 72, tras un pase magistral de Arshavin, sin duda el mejor jugador de la noche. Minutos después, Zirianov estrellaba el balón en el palo en lo que pudo suponer la sentencia. Entonces, Walter Smith agotó sus cartuchos dando entrada a Novo, que dispuso de varias ocasiones de gol que no aprovechó. Y en el 92, justo después de una gran ocasión desperdiciada por el español, Zirianov empujaba a la red una preciosa combinación de sus compañeros.

Así, se impuso el juego bonito, rápido y atrevido que practica el Zenit, cuyo capitán alzó la copa hacia el cielo de Manchester.