domingo, 23 de marzo de 2008

El Atleti vence en el Pizjuán (1-2) y da un paso de gigante hacia la Champions.



Un Atleti mentalizado salió a ganar en uno de los campos más difíciles del mundo, el Sánchez Pizjuán. Sabían lo mucho que se jugaban en este partido, y salieron dispuestos a doblegar al Sevilla.
El Atleti comenzó dominando los diez primeros minutos, y realizando múltiples jugadas de peligro sobre todo por la banda, donde funcionó a la perfección la conexión Simao-Forlán-Agüero.
Estos tres se encargaron de poner en vilo a más de un aficionado sevillista en sus peligrosísimas incursiones por el área. Y en una de esas jugadas, incursiones o como queráis llamarlo, llegó el gol. Fue un contraataque llevado por Forlán, que asistió a Simao, y éste puso un centro raso al corazón del área, donde el "Kun" no llegó a rematar, pero apareció el capitán, Maxi, que con un disparo seco, raso, adelantó a los rojiblancos, tras tocar levemente el esférico en un defensor. Era el minuto 17. El Atleti pudo ampliar aún más su ventaja, pero ni el "Kun" ni Forlán consiguieron perforar la portería de Palop.
Entonces el Atleti se echó atrás, y el Sevilla asedió la portería de Abbiati, pero tanto el italiano como, sobre todo, los defensores (en especial Pablo y Perea) estuvieron muy acertados e impidieron el gol sevillista. La primera parte finalizó con el Sevilla dominando y algún que otro veloz contraataque de los rojiblancos.
El Sevilla comenzó el segundo periodo muy enchufado, estableciendo las tablas en el marcador al tercer minuto de juego. Tras una buena jugada de Luis Fabiano y Kanouté, que acabó con un disparo de este último que rechazó Abbiati, Diego Capel empujó el balón al fondo de las mallas.
El Atleti no se descompuso y, cuando todo apuntaba a la remontada, un centro de Antonio López desde la derecha que remató Agüero tras un genial desmarque adelantaba de nuevo a los colchoneros (min. 57).
Minutos después Maresca la propinaba un tremendo cabezazo en la nariz al pequeño futbolista argentino, que le costó la roja directa, y el Sevilla, con uno menos.

Pero los de Manolo Jiménez no se rindieron, y buscaron con más ahínco aún el gol del empate, mientras que el Atlético se encerraba en el área. La posesión y las ocasiones eran del Sevilla, y los madrileños sólo respondían con alguna jugada por la banda en la que se encontraba Simao, que estuvo muy activo durante todo el partido y que se compenetró muy bien con el uruguayo Forlán, al que sólo le faltó el gol, ya que realizó un partidazo, corriendo hacia delante y hacia detrás, bajando a recibir, habilitando jugadas a sus compañeros con pases imprevisibles, ... aunque en los minutos finales se le vio muy cansado y algo fallón.
En una de estas jugadas llegó la ocasión más clara del Atlético desde el gol de Agüero, a balón parado. Una falta a unos diez metros de la frontal que Simao ejecutó magistralmente, golpeando el balón en la cruceta.
Los últimos minutos fueron un monólogo del Sevilla, que parecía tener la superioridad numérica.
El Atleti, echado atrás, aguantó como pudo los acometidas de los nervionenses, liderados por un gran Dani Alves, que fue un incordio para los rojiblancos, corriendo todo el campo y echándose el equipo a sus espaldas.
El Atleti sumó así tres puntos importantísimos en la lucha por la Liga de Campeones, de la que se aleja un poco el Sevilla, que se coloca ahora a cinco puntos de los colchoneros, además de una tremenda inyección de moral.

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